los dientes hambrientos del ojo cubiertos de hollín de seda abiertos a la lluvia todo el año el agua desnuda oscurece el sudor de la frente de la noche el ojo está encerrado en un triángulo el triángulo sostiene otro triángulo
el ojo a velocidad reducida mastica fragmentos de sueño mastica dientes de sol dientes cargados de sueño
el ruido ordenado en la periferia del resplandor es un ángel que sirve de cerradura a la seguridad de la canción una pipa que se fuma en el compartimiento de fumadores en su carne los gritos se filtran por los nervios que conducen la lluvia y sus dibujos las mujeres lo usan a modo de collar y despierta la alegría de los astrónomos
todos lo toman por un juego de pliegues marinos aterciopelado por el calor y el insomnio que lo colora
su ojo sólo se abre para el mío no hay nadie sino yo que tenga miedo cuando lo mira y me deja en estado de respetuoso sufrimiento allí donde los músculos de su vientre y de sus piernas inflexibles se encuentran en un soplido animal de hálito salino aparto con pudor las formaciones nubosas y su meta carne inexplorada que bruñen y suavizan las aguas más sutiles